sábado, 28 de mayo de 2016

ANUNCIACIÓN

Una vida que se anuncia en una partícula milimétrica. Puede ser el brote verde que devuelve la primavera a una planta acostumbrada al invierno o la esquinita de una sonrisa indiscreta cuando todos callan y bajan los ojos serios. Nosotros hemos sentido muchas vidas que se anuncian, que laten al ritmo de dos corazones y nacen diminutas y sin embargo inmensas, más grandes que cualquier palabra que intente definirlas. Nos gusta esta vida de Olga Novo porque no necesita ningún ángel infeliz que la anuncie, y es simplemente una "armonía humilde", el milímetro necesario que brota en ella para que la vida continúe. 



ANUNCIACIÓN
                                          de un milímetro de vida

A ti no vino a anunciarte ningún ángel de pan de oro
no
ni yo tenía la hermosura febril de una virgen
ni fui atravesada por el lenguaje flamígero de un mandato divino
ni descendió sobre mí la gracia como un canon de contratenores
que podría reventarme como un cristal el alma si es que la tuviese...

No. 

Yo solo entré con mis pequeños poros en la solemnidad del amor
y agarrada a una raíz milenaria deseé
que te enroscases a los injertos del placer y crecieses
como una planta carnívora de mí.


No te anunciaron trompetas celestes
no hablaron de ti los profetas
porque su lengua habría de retroceder hasta alcanzar
el paladar la primera vocal y ahí decirte
a ti
tan extraordinariamente humana
tan grandiosamente pequeñita
que todavía ningún idioma tiene palabra de tu tamaño.

Excepto el pájaro que te vio en pleno vuelo
cuando te concebimos
y sabía que un milagro cotidiano se estaba produciendo
en los conductos entre mi óvulo y su epiglotis.

Ah y ahora
que tengo dos corazones
voy a saber por fin cómo late un campo de cultivo en primavera
cuando toas las sustancias subterráneas
ponen a funcionar a la poesía de verdad y sus ventrículos que no se ven
el sistema circulatorio de la rima interna tan profunda 
como el corazón del tubérculo ahora
que tengo dos corazones.

A ti
no vino a anunciarte ningún ángel de pan de oro
no
a ti no te anunció ningún ser inefable e infeliz
que tirita al amanecer con las alas mojadas por la lluvia del limbo.

A ti te anunció la armonía humilde de una gota de esperma
entrando en el umbral mortal de la música
uniéndose para siempre
al silencio de un rastrillo que peina el heno de lo que ya no existe
uniéndose para siempre a todo cuanto fuimos por amor a lo que éramos
porque un milímetro de vida
basta
para saber
que un milímetro de vida basta
para que continúe la vida.
A ti no vino a anunciarte
ningún ángel de pan de oro. 





"Anunciación" es un poema inédito publicado por vez primera en la antología de poesía escrita por mujeres, (Tras)lúcidas. Su autora, Olga Novo (Lugo, 1975), lleva décadas escribiendo poesía en gallego, una poesía visceral y llena de cuerpo, pero cuerpo de verdad. Sus títulos son reveladores: A teta sobre o sol (La teta sobre el sol); A cousa vermella (La cosa roja) o Los líquidos íntimos. Todos ellos recogen una poesía de temas claramente femeninos, podría decirse que "orgánicamente" femeninos. A nosotros nos ha gustado este poema por la forma hermosa y rítmica mediante la que los versos transmiten el mensaje. El mensaje de la vida sin cursilerías y exento de otros tópicos y lugares comunes que nos habrían hecho rechazarlo. Lo tomamos y lo hacemos nuestro este sábado de mayo donde la primavera no deja de parir vida a borbotones.



sábado, 21 de mayo de 2016

EL OCASO DEL SIGLO

Patricia y yo esperamos muchas cosas. Por ejemplo, que la gente deje de agredirse por identidades inventadas, deje que estafar al Estado porque pueden permitírselo o se atreva a poner un rostro humano a aquel que llama refugiado. Para el siglo XXI esperamos muchas cosas. Tantas como esperaba Szymborska para el XX, o incluso más. Menos puños cerrados y más confianza. Más manos abiertas. Más generosidad. Y por supuesto, más literatura. Para preguntarnos cómo vivir y tener tantas respuestas ingenuas en la punta de la lengua que no sepamos por dónde empezar. 


EL OCASO DEL SIGLO

Nuestro siglo XX iba a ser mejor que los anteriores.
Ya no podrá demostrarlo,
tiene los años contados, 
titubeante el paso,
fatigada la respiración.

Ya han sucedido demasiadas cosas
que no debían haber pasado
y lo que tenía que pasar
no pasó.

Teníamos que avanzar, por ejemplo,
hacia la primavera y la felicidad. 

El miedo tenía que dejar las montañas y los valles.
La verdad tenía que llegar a la meta
antes que la mentira.

Ciertas desgracias no iban
a suceder más:
por ejemplo, la guerra
y el hambre, y tantas otras.

Se iba a valorar
la indefensión de los indefensos,
la confianza y ese tipo de cuestiones.

Quien quería alegrarse del mundo
se encuentra ahora
ante una misión imposible.

La estupidez no es graciosa.
La sabiduría no es alegre.

La esperanza ya no es, por desgracia,
esa muchacha joven. 

Dios iba al fin a creer en un hombre
bueno y fuerte,
pero el bueno y el fuerte
siguen siendo dos hombres diferentes.

Cómo vivir, me preguntó en una carta alguien
a quien yo pensaba formular
la misma pregunta.

Una vez más y como siempre,
según lo dicho anteriormente,
no hay preguntas más urgentes
que las preguntas ingenuas.





Wislawa Szymborska (1923-2012) vivió buena parte del siglo XX. Esperó muchas cosas de su siglo, y vio pocas realizadas. Con una mirada despierta y curiosa buscó lo excepcional en lo cotidiano, sin eludir la ligereza y la broma, a pesar de la crueldad y las sombras de su Polonia sovietizada. En las fotos aparece casi siempre sonriente, con el gesto travieso y plácido de quien ha encontrado una forma de serenidad a fuerza de luchar calladamente contra el dolor de un mundo terrible. Y así son sus poemas, perspicaces y tranquilos, amargos a veces pero sin oscuridad, como un laberinto con la puerta abierta. 


sábado, 14 de mayo de 2016

A NO SER EN TUS MANOS

Hay caricias, miradas, gestos que duran apenas un segundo y que, a pesar de su brevedad (o quizá gracias a ella), se quedan flotando mucho tiempo en la memoria. Construyéndose. Multiplicándose. Este poema breve nos ha dejado así, con su fogonazo y su eco, y una sonrisa entre las manos abiertas que nos habla de paz. 


A NO SER EN TUS MANOS

A no ser en tus manos,
donde mejor me encuentro es en el mar,
allí empiezo a leer hojas a los peces
-en el bosque leo peces a las hojas-,
en las hojas del nogal he aprendido.
En los ojos de los hombres nada veo,
a veces les cuelga una lista de muertos
de las sucias pestañas.

Por eso retorno a tus manos,
que siempre me ofrecen un mendrugo de paz.






Gloria Fuertes (1917-1998) es una poeta irónica y sencilla, amante de lo breve y lo cotidiano, de los juegos de palabras y de los caminos que llevan directos a la emoción que quiere despertar. Es una maestra de la literatura infantil (a menudo su nombre es el primero que les viene a la cabeza a los niños cuando piensan en mujeres poetas) y dedicó buena parte de su vida a bajar la poesía de sus pedestales y sus elitistas metáforas para llevarla adonde la gente pudiera entenderla y tocarla, reírla y hacerla suya. Nosotros nos sentimos a gusto entre sus poemas. Son manos abiertas y hospitalarias. Como lo era ella. 



sábado, 7 de mayo de 2016

NO PUEDO ELEGIR

Nosotros, al contrario de lo que dice el poema de este sábado, sí podemos elegir. Es verdad que esa imposibilidad de elección de la que nos habla la voz poética no tiene que ver con la falta de habilidad o la prohibición de elegir, sino más bien con la dificultad para quedarse con algo. El eterno dilema que a algunos les instala en un lugar de indecisiones e incertidumbres.

Este sábado, nosotros hemos elegido un poema que nos resultaba alegre y ligero -a pesar del tema de la libertad y la elección-, un poema que huele a hierba fresca y a olas que chocan contra acantilados del norte. Un poema primaveral. Este sábado hemos elegido el poema de Kirmen Uribe, que también es novelista. Escritor plural. Escritor cuya poesía viene a nuestro encuentro para mitigar un poco los extremos y la intensidad del sábado pasado.



NO PUEDO ELEGIR

No me des a elegir
entre el Mar y la Tierra.

Vivo feliz en la línea que las une.
En esa cinta negra que mueve el viento.
En este largo cabello de un gigante desorientado.

Del Mar me gusta sobre todo su corazón de niño grande.
A veces rabioso, a veces capaz de dibujar
paisajes imposibles.
De la Tierra, sus manos.

No puedo elegir
entre el Mar y la Tierra.
Sé que mi lugar es un hilo fino,
pero en el Mar me perdería
y en la Tierra me ahogo.

No puedo elegir. Me quedo aquí.
Entre olas verdes y montañas azules.






Kirmen Uribe (1970) es un poeta y novelista vasco que escribe en euskera. Ocurre con su poesía y su prosa, a la que nosotros solo podemos acceder traducida en castellano, que nos gustaría sentirla en su lengua original. Sería precioso perderse en la sonoridad de los fonemas vascos que a veces golpean como las olas de ese Mar con corazón de niño grande. No podemos despegarnos del norte. También nosotros hemos acabado instalándonos en ese hilo fino que separa el Mar de la Tierra. 

Este poema pertenece a su poemario Mientras tanto cógeme la mano.