miércoles, 1 de noviembre de 2017

LA ÚLTIMA FLOR DEL OTOÑO

Qué descubrimiento esta poeta. Habíamos seleccionado cinco o seis poemas para este post y podríamos haber seleccionado muchos más. Elegimos este por esta sensación de otoño que ya tenemos al salir de casa: flores que se apagan, árboles que se colorean y una sensación de final de algo que es, a la vez, comienzo de nuestra estación favorita. La última flor del otoño llega cargada de recuerdos y nos deja la huella de su belleza, ligera y efímera. 



Soy la última flor del otoño.
Me mecieron en la cuna del verano,
me ordenaron vigilar el viento del norte,
me brotaron llamas rojas en mi pálida mejilla.

Soy la última flor del otoño.
Soy la semilla más joven de la difunta primavera,
qué fácil es morir la última.
He visto el lago tan azul y de ensueño,
he oído latir el corazón del difunto verano,
mi cáliz no lleva otra semilla que la de la muerte.

Soy la última flor del otoño.
He visto los universos profundos y estrellados del otoño,
he visto la luz desde hogares cálidos y lejanos,
qué fácil es seguir el mismo camino,
cerraré las puertas de la muerte. 

Soy la última flor del otoño.





Edith Södergran (1892-1923) nació en San Petersburgo, en su casa hablaba sueco y estudió principalmente en alemán. Lo perdió todo en la revolución rusa y, aunque Finlandia fue su hogar adoptivo, no le daba mayor importancia a su identidad geográfica. Buscó la felicidad a través de una poesía filosófica que bebe del simbolismo y del modernismo, y que llega a nuestra sensibilidad un siglo después como recién estrenada, recién bruñida, lista para cantarse y contemplarse en su desarmante modernidad. 



jueves, 12 de octubre de 2017

EL SUEÑO

Hemos sacado este poema de un libro que acaba de publicarse en español. Se trata de Clásicos para la vida, y su autor, Nuccio Ordine, habla de estos versos con asombro, pues mientras que la mayoría de poemas de amor de la época (y de todas las épocas, en realidad) se basan en la desesperación por la imposibilidad de alcanzar a la amada, en este la amada está cerca, al alcance de los dedos, ambos listos para dejar por un momento de soñar y entregarse a lo picante de la realidad. 


Amor, querido amor, sólo por ti
habría interrumpido este sueño feliz;
se trataba de un tema propio de la razón,
demasiado picante para la fantasía,
así que sabia fuiste al despertarme; pero
no truncaste mi sueño, pues lo continuaste;
resultas tan auténtica que pensar en ti basta
para hacer de los sueños verdades, e historia de las fábulas;
ven a estos brazos, ya que tú mejor creíste
que no soñara yo todo mi sueño, el resto hagámoslo. 




John Donne (1572-1631) es quizá, junto a Shakespeare, el poeta inglés más importante de su generación. Su obra es de carácter metafísico, ocupó diversos puestos políticos y religiosos a lo largo de su vida y sus poemas circularon en versiones manuscritas entre sus amigos y conocidos, pero no se publicaron en forma de libro hasta después de su muerte en la edición preparada por su hijo John en 1633. 

domingo, 1 de octubre de 2017

NOCTURNO

Así estamos hoy. Con banderas en lugar de manos abiertas. Con violencia en lugar de diálogo. Centenares de heridos en Cataluña por la incapacidad de los políticos de utilizar las palabras con inteligencia y amplitud de miras. De utilizar las palabras. 



Cuando tanto se sufre sin sueño y por la sangre
se escucha que transita solamente la rabia,
que en los tuétanos tiembla despabilado el odio
y en las médulas arde continua la venganza,
las palabras entonces no sirven: son palabras. 

Balas. Balas. 

Manifiestos, artículos, comentarios, discursos,
humaredas perdidas, neblinas estampadas.
¡qué dolor de papeles que ha de barrer el viento,
qué tristeza de tinta que ha de borrar el agua! 

Balas. Balas. 

Ahora sufro lo pobre, lo mezquino, lo triste,
lo desgraciado y muerto que tiene una garganta
cuando desde el abismo de su idioma quisiera
gritar lo que no puede por imposible, y calla. 

Balas. Balas. 

Siento esta noche heridas de muerte las palabras.




Rafael Alberti (1902-1999), miembro de la Generación del 27, tuvo que huir de España para salvar la vida tras la derrota de la República. Cuando llegan las balas, las palabras no sirven de nada. A él no le sirvieron para quedarse en su país, pero con ellas armó una obra de resistencia y gran calidad poética desde el exilio en Sudamérica, obra que sería reconocida a su regreso a España tras la muerte de Franco. Aquella generación poética, quizá la más brillante desde el siglo XVII, saltó por los aires por el fanatismo de los que preferían las balas a las palabras. Ojalá nunca vuelva a suceder nada parecido. 



sábado, 23 de septiembre de 2017

CONTIGO

¿Se lo escribiría a Concha Méndez?, me preguntó Patricia al leerme este poema por primera vez. Quizá. Quién sabe. Lo cierto es que podría habérselo escrito a ella, en aquellos años treinta de la república, de compartir imprenta y promover la poesía y el arte que ellos consideraban moderno, social y comprometido. Luego vino la guerra, el exilio y la distancia insalvable. Pero quedaron su vida compartida y sus esfuerzos. Y los poemas. 


No estás tan sola sin mí.
Mi soledad te acompaña.
Yo desterrado, tú ausente.
¿Quién de los dos tiene patria?

Nos une el cielo y el mar.
El pensamiento y las lágrimas.
Islas y nubes de olvido
a ti y a mí nos separan.

¿Mi luz aleja tu noche?
¿Tu noche apaga mis ansias?
¿Tu voz penetra en mi muerte?
¿Mi muerte se fue y te alcanza?

En mis labios los recuerdos.
En mis ojos la esperanza.
No estoy tan solo sin ti.
Tu soledad me acompaña.




Manuel Altolaguirre (1905-1959) fue quizá el poeta más intimista y espiritual de la generación del 27. Junto a su mujer, Concha Méndez, publicó buena parte de los libros y textos de sus compañeros de generación, desde Pedro Salinas hasta Luis Cernuda. Fue director de La Barraca, el grupo universitario de teatro itinerante que llevó la literatura clásica a muchos pueblos de España durante la república, se alistó en el ejército republicano durante la guerra civil. Tras pasar la frontera a Francia a principios de 1939, fue internado en un campo de concentración, del que logró salir gracias a la intercesión de figuras ilustres de la cultura francesa como Paul Eluard, Max Ernst y Pablo Picasso. Volvió del exilio en 1959 y murió en un accidente de coche, poco después. 

sábado, 16 de septiembre de 2017

TODO, MENOS VENIR PARA ACABARSE

Vivir para estar vivo. Parece una redundancia, aunque quizá no lo sea. Hay tanta gente que vive a medias. Encendida pero a media luz. Despierta pero con la mirada soñolienta. 
Concha Méndez era una mujer vitalista, puro nervio, y la imaginamos escribiendo este poema como si fuera corriendo entre la gente subiéndoles la luz, la emoción, la intensidad, enseñándoles que la vida, mientras dura, es siempre un inicio, no un final.



Todo, menos venir para acabarse. 
Mejor rayo de luz que nunca cesa; 
o gota de agua que se sube al cielo 
y se devuelve al mar en las tormentas.

O ser aire que corra los espacios 
en forma de huracán, o brisa fresca. 
¡Todo, menos venir para acabarse 
como se acaba, al fin, nuestra existencia!





Concha Méndez (1898-1986) fue una escritora de la Generación del 27, una sinsombrero amante de los deportes, los viajes, la literatura y la vida independiente y libre de los hombres de su época. Fue amiga de Buñuel, Lorca, Maruja Mallo, Alberti, Cernuda, Juan Ramón Jiménez. Junto a su marido, Manuel Altolaguirre, contribuyó a la difusión de la obra del grupo de la Generación del 27 desde las revistas literarias que dirigió. Debido a la Guerra Civil, se vio obligada a exiliarse y nunca regresó a su país. 



sábado, 2 de septiembre de 2017

DULCE ET DECORUM EST

Millones de hombres jóvenes fueron a la guerra de 1914 entusiasmados. Unos meses de heroísmo por la patria, pensaban. La exaltación de la muerte romántica, la de las canciones de gesta, los cuadros épicos y las novelas exaltadas. A los dos años, tras la batalla del Somme y varios millones de muertos en el lodo maloliente de las trincheras, el patriotismo heroico quedaba muy lejos, y lo que sentían la mayoría de soldados queda retratado en este impactante poema de Wilfred Owen, escrito desde el frente. 



Doblados en dos, como viejos mendigos envueltos en sacos,

las rodillas rotas, tosiendo como brujas, maldecíamos en el lodo,
hasta que le dimos la espalda a las bengalas que acechaban
y hacia nuestro lejano descanso avanzamos con dificultad.
Los hombres marchaban dormidos.
Muchos habían perdido sus botas,
pero seguían, cojeando, cubiertos de sangre. 
Todos lisiados y ciegos;
ebrios de fatiga; sordos incluso a los zumbidos
de las bombas de gas que caían suavemente a sus espaldas.

¡Gas! ¡Gas! ¡Rápido, muchachos! –un éxtasis al revolvernos,
ajustándonos las torpes máscaras justo a tiempo,
pero aún alguien gritaba y se movía, tropezándose
y confuso como un hombre envuelto en llamas o en cal viva.–
Turbio a través de los neblinosos cristales y la espesa luz verde,
como bajo el verde mar, lo vi ahogarse.
En todos mis sueños, ante mi visión impotente,
tira de mí, consumiéndose, atragantándose, ahogándose.

Si tú también, en algún sueño sofocante, pudieras caminar
detrás del carro al que lo arrojamos,
y pudieses ver los blancos ojos retorciéndose en su cara,
su cara que cuelga, como un diablo enfermo de pecado;
si pudieses oír cómo, con cada bache del camino, la sangre
va saliendo a borbotones de sus pulmones corrompidos con espuma,
obscenos como un cáncer, amargos como el bolo alimenticio
de viles e incurables llagas en lenguas inocentes;
mi amigo, no dirías con tal celo
a los niños ardientes por una gloria desesperada,
la vieja Mentira: dulce et decorum est
pro patria mori.




Wilfred Owen (1893-1918) fue uno de los poetas que mejor retrataron el horror de la primera guerra mundial. Tras un periodo de convalecencia, en el verano de 1918 decidió volver al servicio activo en Francia, a pesar de que podría haberse quedado en Inglaterra indefinidamente. Sentía la necesidad, o el deber, de seguir contando los horrores de la guerra con su poesía, y no podía hacerlo sin estar cerca de ellos. Murió durante el cruce del canal Sambre-Oise, una semana antes del final de la guerra. Tenía 25 años. 



sábado, 19 de agosto de 2017

YO ME LEVANTARA, MADRE...

Nos gusta el Romancero viejo porque nos evoca la tradición popular de la Edad Media, y hace que nos imagemos a sus protagonistas como héroes cuya leyenda supera su propia vida, hermosas doncellas enamoradas de su caballero: en definitiva, personajes de cuento. Además, su ritmo perdura en nuestra memoria como la musiquilla infantil con la que hemos querido acompañar estos versos. 



Yo me levantara, madre,
mañanica de San Juan,
vide estar una doncella,
ribericas de la mar.
Sola lava y sola tuerce,
sola tiende en un rosal;
mientras los paños se enjugan
dice la niña un cantar:
Do los mis amores, do los,
¿dónde los iré a buscar?
Mar abajo, mar arriba,
diciendo iba un cantar,
peine de oro en las sus manos
y sus cabellos peinar:
dígasme tú, el marinero,
que Dios te guarde de mal,
si los viste a mis amores,
si los viste allá pasar. 




La creación del Romancero es una de las grandes conquistas de la literatura en España. Transmitidos de generación en generación por vía oral, estos breves poemas épicos y líricos, cuyo origen se remonta a los antiguos cantares de gesta, encontraron su redacción escrita y con ella su supervivencia en todos los dominios del ámbito hispánico, de forma que influyeron en gran parte de la poesía posterior. 


sábado, 12 de agosto de 2017

ES YA

Conocimos a Álvaro Tato en persona hace pocas semanas, gracias a unos amigos amantes del teatro que nos invitaron a ver Siglo de Oro, siglo de ahora, la obra que dio a conocer a Ron Lalá como una de las compañías de teatro más originales, divertidas y comprometidas del momento. Salimos de la obra riendo y nos despedimos de Álvaro emocionados por su cercanía, su talento y la asombrosa intensidad de su cariño. Y pensamos a la vez que el próximo poema para nuestro blog tenía que ser uno suyo. 


Mañana blanca,
largo paseo,
cama de hierba 
mirando al cielo
es ya. 

Día de fiesta,
flor en el pelo,
sabor a boca
de beso lento
es ya. 

Mano en la mano
y cuerpo a cuerpo
la frágil calma
que lava el tiempo
es ya. 

La luz descalza
sobre tu pecho
tensa en el arco
de un parpadeo
se va. 

Es ya y se va. 




Álvaro Tato (1978) es actor y director de teatro, músico y poeta, y combina estas facetas de su talento escribiendo los textos de las obras de Ron Lalá, la compañía de teatro y música de la que es fundador y que es un espectáculo de inventiva, humor y crítica mordaz. Su formación filológica le hace adentrarse en los textos con la maestría de quien los ha estudiado con intensidad y por eso consigue con asombrosa facilidad en su poesía alcanzar la sencillez de los ritmos y la musicalidad populares tan apreciados por nosotros.


sábado, 5 de agosto de 2017

AY, QUÉ PRONTO ESTÁ SOLO

Hay quien puede crear literatura en medio del ruido: con niños gritando alrededor o mecidos por el ruido interminable de las cafeterías o los aeropuertos. Sin embargo, para escribir, todos necesitamos estar solos con nuestros pensamientos, con la idea que perseguimos o con la Musa de la que habla Bettina von Arnim, aquella que nos devuelve nuestro amor embellecido. 


Ay, qué pronto está solo 
el hombre solitario;
los otros viven, aman
y a él le dejan su pena. 

En cambio, no está solo
el que se lanza al mundo,
pero ama y vive cosas
que nunca existirán. 

Mas quien se dio a la Musa
no rehúye estar solo,
presiente que ella lo ama
y desea ser amada,

que corona su copa 
y consagra sus penas
con dádiva tan cierta
que vuelve eterno todo;

le florece en el pecho 
la llama de la vida,
percibe en lo divino
el ser más terrenal. 





Bettina von Arnim (1785-1859) fue una de las escritoras alemanas más conocidas de la época del Romanticismo. De familia ilustrada, se casó con el poeta Achim von Arnim, con quien tuvo una relación poco acorde con las normas sociales de la época: a ella le encantaba el bullicio de la ciudad y a él, la tranquilidad del campo, así que ella vivía con sus hijos en el centro de Berlín y él a las afueras, y pasaban juntos las vacaciones de verano. Mantuvo una intensa correspondencia con Goethe (aunque él no siempre correspondiera a la calidez de sus cartas), y fue una activista apasionada en defensa de los derechos de las clases más desfavorecidas y, en especial, de las mujeres. 


sábado, 29 de julio de 2017

CARACOL

Conocimos la labor de Marta López Vilar con el libro (Tras)lúcidas, una antología de poesía escrita por mujeres en los últimos treinta años, mujeres que no habían tenido la visibilidad que su talento merecía y que la tradicional homogeneidad masculina en el panorama poético de nuestro país había relegado al silencio. Nos gustó la selección, nos gustó la idea y así, de forma natural, llegamos a los poemas propios de esta autora y nos quedamos con este.


Miro tu lentitud,
la traza de luz que abandonas a tu paso
como la savia derramada de los árboles.
Eres el pequeño dios de la sed
que atraviesa las hojas y la noche
en su infinito reposo.
Te observo sin heridas
y miro mis manos: sombras de nieve
que tocaron la muerte con tu mismo sigilo. 





Marta López Vilar (1978) es poeta, traductora y profesora de universidad.
Ha publicado tres poemarios y la antología de mujeres poetas contemporáneas (Tras)lúcidas.




sábado, 15 de julio de 2017

EL POEMA

¿Por qué creamos arte con palabras?
¿Para curarnos? ¿Para trascendernos?
¿Para aliviar nuestra soledad? ¿Para vivir otras vidas?
Quizá todas las posibles respuestas a estas preguntas se puedan resumir en este poema.



El poema me llevará en el tiempo
Cuando yo ya no sea la morada del tiempo
Y pasaré sola
Entre las manos de quien lee

El poema alguien lo dirá
A los sembrados

Su paso se confundirá 
Con el rumor del mar con el pasar del viento

El poema habitará 
El espacio más concreto y más atento

En el aire claro en las tardes transparentes
Sus sílabas redondas

(Oh antiguas oh largas
Eternas tardes lisas)

Aunque yo muera el poema ha de encontrar
Una playa donde romper sus olas

Y entre cuatro paredes densas
de honda y devorada soledad
Alguien su propio ser se confundirá 
Con el poema en el tiempo






Los poemas de la portuguesa Sophia de Mello Breyner (1919-2004) están escritos como si no fuera a leerlos nadie nunca, con esa calma e intimidad que uno reserva para un diario o para las cartas de amor a amantes que ya no están. Son filosóficos y enigmáticos, maravillosamente musicales, y también sensuales y políticos. Buscan una verdad con la que reorganizar el caos de la vida, el caos propio e íntimo de cualquiera que busque trascendencia en el amor o en los recuerdos. Y también una verdad para la gente, como una forma de activismo político, porque "una verdad a medias es como habitar medio cuarto / ganar medio salario / tener sólo derecho / a la mitad de la vida."


domingo, 2 de julio de 2017

YO, TÚ, NOSOTROS

Hace dos años, unos días antes de un viaje a Perú que me cambiaría la vida, comenzó un viaje interior que nos la cambió a Óscar a mí: nació un proyecto poético-musical creado exclusivamente por él. Ese proyecto consistía en tocar una improvisación y acompañarla al piano durante cada uno de los días que yo estuviera fuera, luchando con miedos internos y tratando de encontrar algo de sentido a la pobreza y la naturaleza humana en todos sus recovecos. 

Cada uno de los treinta y tres días que estuve fuera, Óscar escribió para mí un poema y una pequeña pieza musical. La del día del poema publicado hoy aquí está inspirada en aquella que sonó a miles de kilómetros de distancia un día de verano de 2015.

He elegido de entre todos esos poemas este (que pertenece al día 28) porque resume en una pequeña estrofa de tres versos, la esencia de lo que es una relación de pareja: un privilegio. Apostamos por un y nos dejamos caer desde nuestro yo por el "precipicio de la propia desnudez" y es en el nosotros donde regresamos de vuelta del exilio y entendemos, con sencillez, el verdadero significado de la palabra privilegio.



Escribir sobre sí mismo es transformarse en palabras
es luchar contra la inconsistencia del lenguaje
para dejar una huella honesta que perdure

decir yo es convertirse en otra cosa, un pronombre
dos letras diminutas caminando por el precipicio
de su propia desnudez

decir tú es una apuesta, el vuelo de una carta
lanzada al aire mientras cruzo los dedos
deseando que aparezcas

decir nosotros
decir nosotros es darle la vuelta a las costuras del amor 
y descubrir que del revés puede ser todavía más bonito

decir nosotros es como volver de un exilio
hacerse cargo de nuevo de una nacionalidad y de una lengua
de un hogar donde las palabras recobradas se vuelven hogueras

decir nosotros 
es sencillamente
un privilegio. 




Óscar es la mitad musical de este proyecto. Sus dedos están detrás de la música de piano que acompaña cada poema. Su pasión por la poesía no sólo viene de leerla: desde hace años también la escribe. Y aquí tenéis una muestra. 


sábado, 17 de junio de 2017

COMO RECIÉN LLEGADO AL MUNDO

Fuego. Muchos poetas buscan la intensidad de las palabras como si quisieran prenderles fuego. Y viven sus horas de melancolía prendiendo cerillas, mirándolas arder hasta que les queman los dedos, como si esa incandescencia fuera un reflejo de su interior. Los poemas de Alberto Conejero son así, incendios permanentes, palabras que crepitan en la oscuridad en busca constante de su propia trascendencia. 


Como recién llegado al mundo,
a la estampida de raíces a la que llaman vida,
aprenderás de nuevo el orden de los astros,
la laboriosa ciencia de ser en los otros
otra vez solo, tú,
polizón de los días que aún te aguardan. 

No esperes el asilo de los pájaros.
No aguardes el consuelo de la nieve. 
Aquí, arrojado, aprendiz del oficio
de intemperie, comprenderás, tarde o temprano,
que no hay albergue en el corazón de un náufrago
si no es para las olas. 






Alberto Conejero (1978) se hizo un hueco en nuestras conversaciones cuando fuimos a ver La piedra oscura, una obra de teatro suya que reconstruye lo que pudieron ser las últimas horas del último amante de Lorca. La obra era intensa hasta el desgarro y su poesía refleja ese mismo sentimiento exaltado hasta el límite. 


domingo, 11 de junio de 2017

DAME TU MANO

Nos movemos en distancias volubles. Elásticas. A veces el mar nos rodea y su oleaje nos deja a la deriva, indefensos y aislados, chapoteando en una soledad no buscada sin manos tendidas. Es entonces cuando más necesitamos acercarnos a una presencia querida, una memoria, encontrar, en medio de la inmensidad del agua, nuestro pedacito de tierra. 


"Hoy me gusta la vida mucho menos
pero siempre me gusta vivir".
César Vallejo

Dame tu mano
amor
no dejes que me hunda
en la tristeza.
Ya mi cuerpo aprendió
el dolor de tu ausencia
y a pesar de los golpes
quiere seguir viviendo.
No te alejes
amor
encuéntrame en el sueño
defiende tu memoria
mi memoria de ti
que no quiero extraviar.
Somos la voz
y el eco
el espejo
y el rostro
dame tu mano
espera
debo ajustar mi tiempo
hasta alcanzarte.



Claribel Alegría (1924) es una poeta nicaragüense. En los años cuarenta estudió con Juan Ramón Jiménez en Estados Unidos, país donde vivió hasta los años ochenta. Regresó a Nicaragua en los años de la revolución sandinista y en su poesía se refleja su compromiso social y su denuncia de la represión política de Centroamérica en esos años. Hace unas semanas recibió el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana al conjunto de su obra. 


domingo, 4 de junio de 2017

TRANVÍA

Juan Ramón Jiménez visitó Nueva York en 1916. Pensamos que debió de divertirle mucho la ciudad, porque en su siguiente libro, Diario de un poeta recién casado, publicó este texto hilarante y alocado sobre los neoyorquinos y las gafas que pululan por la ciudad. Hay cientos de poemas románticos, modernistas, sutiles, filosóficos o espirituales en la obra de Juan Ramón. Sin embargo, hemos escogido este porque su poesía también está en la intrascendencia de unas pantorrillas..., digo, de unas gafas. 


TRANVÍA
New York

GAFAS. Pantorrillas de fieltro alto, arrugado y fangoso. (Van al baile y son ellas solas la pareja.) Gafas. Ningún ojo claro. Mandíbulas incansables -¡qué cansancio!- que mascan goma, sin fin. Gafas. Borrachos sin gracia, que hacen reír risas de mueca a todo un mundo de dientes de oro, plata y platino. Gafas. Amarillos, cobrizos y negros con saqué blanco, es decir, negro, es decir, pardo y sombrero de copa de ocho... sombras. Gafas. ¡Cuidado! ¡Que me pisa usted los ojos! Mirada, digo, gafada sin vida. Gafas, gafas, gafas.



Juan Ramón Jiménez (1881-1958) es uno de los poetas españoles más importantes de la primera mitad del siglo XX. Decidió abandonar la carrera de Derecho para dedicarse a la literatura, influido por Rubén Darío y los simbolistas franceses. Tuvo varias crisis de neurosis depresiva y permaneció ingresado en Francia y en Madrid. En 1936, al estallar la Guerra Civil, se exilió a Estados Unidos, de donde viajó a Cuba y, por último, a Puerto Rico. En este último país recibió la noticia de la concesión del Premio Nobel de Literatura en 1956.



sábado, 27 de mayo de 2017

[POEMA DE LA MINA ASTURIANA]

Hay personas que llegan a tu vida y le dan nuevos matices. Hay personas que te impactan por su genialidad, su fuerza y su creatividad. Eso nos ocurrió con Mario, a los dos. Alumno del instituto donde trabajaba yo (Patricia), Mario llegó a la reunión para iniciar un posible grupo de escritura o de teatro y ya en la ficha inicial nos impactó por las ganas que tenía de escribir y de compartir a sus poetas favoritos. En las primeras sesiones nos demostró que su cultura poética, que había nacido a la vez que él, era inmensa y su facilidad para hilar un verso tras otro nos dejó a todos impactados. También Óscar lo conoció en una de aquellas sesiones y en un recital y se sorprendió por su estilo surrealista y tan maduro. A Mario, cuando ofrece recitales poéticos (que los ofrece) lo presenta el grandísimo poeta y Premio Nacional de Poesía Juan Carlos Mestre. Y él mismo, junto con otras estudiantes de su edad, organiza homenajes poéticos llenos de emotividad a Miguel Hernández.

No podíamos dejar de tenerle en nuestro blog, aunque aún no haya publicado nada en papel. Su arte es algo para compartir con todo el mundo por su sensibilidad, por el compromiso con el que escribe y por sus insólitas imágenes literarias que no dejan indiferente a nadie. 

En este poema nos lleva de paseo por una mina asturiana y escuchamos los pasos del minero, y los golpes de sus picos sobre las paredes de la mina, "a 200 metros de profundidad [donde] el hambre sigue siendo hambre".

Sigue paseando la locomotora por los perfiles de un gato
quién sabe si el minero escuchó a Verne bajando al centro de la tierra.
Se quedó el carbón con el esqueleto de un pez y las conversaciones del guaje minero con el mar.
A 200 metros de profundidad el hambre sigue siendo hambre,
bajo la boina semillas de manzana para plantar en la mina.
Como las hormigas, construyes caminos por los que corran medusas.
Cae la sidra en un prado de moscas y jirafas,
ahora nadas entre rumores y barriles.
Sobre el castillete el duende llora,
la mula ciega busca noches en las que salgan hombres de las andrajosas galerías
llenos de conchas y cefalópodos
a despedir al mar
y a llenar todos los pozos
con helechos y sol.




Mario García Obrero (2003) es un pequeño poeta de segundo de la ESO, hijo de la también poeta Susana Obrero. Sus propios compañeros lo definen como "un niño del Renacimiento" y entre sus rizos de un negro intenso y su sonrisa amable se esconden cientos de imágenes poéticas que le han hecho merecedor, este año, del XXVIII Certamen de Poesía José Hierro de Getafe, premio literario de ámbito regional dirigido a estudiantes de entre 12 y 20 años.

sábado, 13 de mayo de 2017

LUNA LLENA

Las cosas son las que son hasta que las imaginamos distintas. Los paisajes, las personas, la luz. La noche. Todo está en los ojos con los que miramos la noche. Y mediante el milagro cotidiano de la imaginación, la oscuridad se convierte en hogar y la luna en misterio. En novia, intacta y desnuda, a la que escribir versos. Bonitos versos, como este poema. 



Fuera del mundo, ausente,
mellada contra andamios,
has nacido otra noche
con tus venas azules,
igual que un globo inflado,
luna llena.
Globo inflado te llamo,
otros rostros de muerta,
nave, farol, pandero,
o blanca rebanada
o novia o meretriz
te llamaron por turno.
A tu luz se acogieron deslumbrados,
tristes y balbucientes
los poetas,
frioleros y turbios,
estremecidos, los enamorados.

Te invocaron sin tregua
a lo largo de un río subterráneo
de palabras marchitas
que viene desde Safo y Rosalía
a morir en mi boca.

Jugamos a invocarte,
levantamos antorchas de mentira
que sólo manosean tu vestido de tul.
Y tú, intacta y desnuda,
te escapas, luna llena,
subiendo apenas perceptiblemente,
navegando de noche con oblicuo reflejo,
como si nos oyeras, como si nos miraras.

Nadie te alcanzará,
ni por tu hueco abierto a incógnitos paisajes
ha atravesado nadie.
Tú rozas con tu luz la otra ladera.





Carmen Martín Gaite (1925-2000) es una de las novelistas españolas más importantes de la segunda mitad del siglo XX. Sin embargo, su faceta como poeta es mucho menos conocida. Pero no sorprende. Es fácil percibir una imaginación poética detrás de cada una de sus novelas, por la delicadeza y fantasía de su prosa y su preciosista uso del lenguaje. 
Y así la imaginamos nosotros, elegante, culta, delicada, con sus poses misteriosas y seductoras. Poética. 



sábado, 6 de mayo de 2017

8-1-2013 ("Me gustan estos atardeceres de enero...")

Este poema nos sabe a vacaciones. A una brisa marina del sur que no sabe nada de los rigores helados del invierno y acaricia igual en enero que en julio. Al rumor de las olas rompiendo con calma contra el malecón y al placer de contemplar los reflejos del sol en el mar y pensar, por ejemplo, que es un camino interminable sembrado de luciérnagas por el que nos gustaría pasear. Y ya estamos ahí. En la calma de una imagen, una puesta de sol en compañía y la calidez de dejarse mecer por la paz del corazón. 

Me gustan estos atardeceres de enero
en los que el sol
cae verticalmente sobre nuestro mar,
y luego se hunde, lento, diáfano,
entretenido en una caricia infinita,
como si la línea del horizonte

fuese la delicada piel del mundo,
la adormecida amante del universo. 
Cuando esto ocurre los minutos
se despliegan como horas,
y las horas como siglos,
y una calma absoluta
se apodera con majestad de la tierra,
y se hace posible,
milagrosamente posible,
la paz del corazón. 




Rafael Argullol (1949), novelista, profesor, periodista y poeta, se propuso en 2011 un ejercicio vital: escribir un fragmento poético al día durante tres años. Y así fue construyendo este libro, día a día, capturando instantes, impresiones, ideas sueltas, como reflejos de una forma de pensar y de vivir. 


sábado, 22 de abril de 2017

LATITUD

Descansar.
Al sol.
Sobre la piel que nos busca.
Pocos planes mejores que este de Valente para un domingo de primavera.


No quiero más que estar sobre tu cuerpo
como lagarto al sol los días de tristeza.

Se disuelve en el aire el llanto roto,
el pie de las estatuas
recupera la hiedra
y tu mano me busca
por la piel de tu vientre
donde duermo extendido.






José Ángel Valente (1929-2000) fue poeta, traductor y ensayista. Discípulo de María Zambrano, su sensibilidad poética está cercana a la mística, no adscrita a ninguna religión. Recibió todos los premios posibles dentro del género de la poesía y su obra, hoy en día poco conocida, está a la altura de otros insignes poetas de su generación como Ángel González, José Hierro, Jaime Gil de Biedma o Antonio Gamoneda. 

sábado, 8 de abril de 2017

A VECES CUANDO TE MIRO

La lengua original de este poema es el zapoteco, idioma indígena mexicano hablado hoy en día por unas 800.000 personas en la región de Oaxaca, Puebla y Guerrero. Y a pesar del idioma, la distancia y la cultura, no puede estar más cerca de nuestra sensibilidad y nuestra forma de entender la cercanía, el deseo y la necesidad de permanecer en el otro, aunque sea durante un solo segundo, y vencer así, con la claridad de la memoria, el paso del tiempo. 




A veces cuando te miro
quiero también soñarte en el futuro
No me refiero a esa edad de las bocas desdentadas
y mil hebras de piel pendiendo de nuestros cuerpos
No sé si el amor algún día
podrá ser más largo que el olvido
Me refiero a un futuro simple y cercano
Tal vez un año, un mes, un día
No importa el tiempo que me concedas
puede bastar con un segundo
Un segundo será suficiente para mirar tus ojos
y tatuar esa claridad en mi memoria
Un segundo bastará
para atrapar tu sonrisa entre mis labios
para desprender mis redes de luz
y perseguir tu aura
Un segundo para que mi deseo
pueda traspasar tu cuerpo
Un segundo 
para que toques mi sueño










Irma Pineda (Oaxaca, 1974) es una poeta, traductora y ensayista zapoteca. Profesora en la Universidad Pedagógica Nacional y en el proyecto docente México Nación Multicultural de la UNAM, es autora de varios libros de poesía bilingüe zapoteco-español. Su obra ha sido traducida al inglés, alemán, italiano, portugués, serbio y ruso. 


sábado, 1 de abril de 2017

SONETO XXV

Es fácil imaginarse al cortesano Pierre de Ronsard, sentado a su mesa, dejándose inflamar por palabras de amor. Palabras que convierten ojos en antorchas, deseos en cárceles y miradas en espuelas. Y es fácil, también, imaginar el efecto que podían provocar estas palabras en sus destinatarias: fuego, suspiros y fortalezas rendidas. El amor es una guerra que Ronsard no siempre ganaba. Pero sin duda sus palabras entraron victoriosas en más de un castillo considerado inexpugnable. 




Esos dos ojos negros, antorchas de mi vida,
cuya luz esparcida que a los míos destella,
esclavizado han mi libertad doncella.
Condenada la tienen y a cárcel sometida. 

Por esos ojos negros mi razón va aprehendida
y cual fuere el lugar en que el Amor me sella
no puedo hallar en torno una mira más bella,
pues no tengo otro bien ni cosa apetecida.

Es la única espuela que mi dueño me hinca;
ni otro pensamiento en mi mente se afinca 
ni se inflama mi musa en ninguna otra lumbre.

No me acierta la mano con ninguna palabra
ni el papel en que escribo ningún ornato labra
sino esas dos bellezas que en mi alma son costumbre. 


(Traducción de María Teresa Gallego Urrutia)





Pierre de Ronsard (1524-1585), conocido en su época como "príncipe de los poetas y poeta de los príncipes" fue, junto a su amigo Joachim du Bellay, el poeta más influyente del Renacimiento francés. Debido a su sordera tuvo que renunciar a la carrera militar y dedicó su juventud a viajar por toda Europa como cortesano de los sucesivos príncipes franceses. Su poesía bebe de la tradición helenística y de Petrarca, con el amor cortés siempre como tema favorito. 


sábado, 18 de marzo de 2017

SU VOZ

No sabemos nada de este poema. El título, Her voice, alude a una voz femenina, una mujer a la que el poeta amó y de la que ahora se despide, sin nada por lo que lamentarse. Quizá fuera su mujer, Constance Lloyd, la madre de sus dos hijos, por la que sintió un amor sincero. Quizá con este poema le dijera que su pasión había tomado otros caminos. Y que ojalá el mundo fuera más comprensivo y lo suficientemente grande para que todas las formas de amar pudieran convivir sin anularse. Quizá.




Las abejas salvajes revolotean de rama en rama
con su abrigo de piel y alas transparentes
del pétalo del lirio al jacinto balanceándose a su alrededor,
más cerca estaba el amor,

fue aquí, creo, donde hice aquel voto,
juré que dos vidas deberían ser una 
mientras las gaviotas amaran el mar,
mientras los girasoles buscaran el sol,

será así entre tú y yo, dije, para siempre,
querida amiga,
aquellos tiempos pasaron y se fueron,
la red del amor se ha dado la vuelta,

mira hacia arriba,
donde los álamos bailan y bailan con el viento del verano,
aquí, en el valle, la brisa nunca dispersa las flores
pero allí los vientos fuertes soplan
desde el intenso susurro de las aguas misteriosas
y las olas que golpean las praderas,

mira hacia arriba, 
donde grita la gaviota blanca,
¿qué ve ella que no vemos nosotros?
¿es una estrella?
¿o la lámpara que brilla en algún buque perdido?

Ah, puede ser,
hemos vivido nuestras vidas en una tierra de sueños
y qué triste parece,
amor, no queda nada que decir salvo esto,
el amor nunca se pierde,
el filo del invierno desgarra el pecho de mayo
cuyas rosas rojas brotan en la escarcha,
los barcos de la tempestad encontrarán puerto en alguna bahía
igual que nosotros,

y no queda nada que hacer,
salvo besarnos una vez más y marcharnos,
no, no hay nada por lo que lamentarse,
yo tengo la belleza y tú el arte,
no, detenlo,
un único mundo no fue suficiente
para alguien como tú y como yo.

(Traducción de Elvira Sastre)




Oscar Wilde (1854-1900), quizá el escritor más agudo y deslumbrante de su generación, fue una celebridad. Sus obras de teatro se han convertido en clásicos vivos y sus ensayos sobre teoría del arte no han perdido nada de su sugestión y vigencia. Conocido por su ingenio mordaz, su vestir extravagante y su brillante conversación, se convirtió en una de las mayores personalidades de su tiempo. Fue juzgado por indecencia al demostrarse en un juicio su homosexualidad, pasó dos años en la cárcel, donde escribió De Profundis, una de las cartas de amor más desgarradoras de la literatura universal y murió en París, en la indigencia, tras haber sido el mayor genio de las letras de su país.



sábado, 11 de marzo de 2017

GEOGRAFÍA HUMANA

Convertirse en palabras. Fundirse en poesía. Uno se siente de repente más ligero (o más profundo). Coge un adjetivo, lo enlaza con un sustantivo, sopla fuerte y de pronto se encuentra rodeado de volcanes, terremotos, fuegos y bosques. Las palabras nos llevan a mundos desconocidos y nos encontramos trazando mapas con ellas, mapas para orientarnos en esa geografía humana complicada que nos define sin que lo sepamos. Gloria Fuertes escribió en uno de sus libros: "Esto no es un libro, es una mujer". Y este poema es el perfecto ejemplo de ello. 




Mirad mi continente conteniendo 
brazos, piernas y tronco inmesurado, 
pequeños son mis pies, chicas mis manos, 
hondos mis ojos, bastante bien mis senos. 
Tengo un lago debajo de la frente, 
a veces se desborda y por las cuencas, 
donde se bañan las niñas de mis ojos, 
cuando el llanto me llega hasta las piernas 
y mis volcanes tiemblan en la danza. 

Por el norte limito con la duda, 
por el este limito con el otro, 
por el oeste Corazón Abierto 
y por el sur con tierra castellana. 

Dentro del continente hay contenido, 
los estados unidos de mi cuerpo, 
el estado de pena por la noche, 
el estado de risa por el alma 
—estado de soltera todo el día—. 

Al mediodía tengo terremotos 
si el viento de una carta no me llega, 
el fuego se enfurece y va y me arrasa 
las cosechas de trigo de mi pecho. 
El bosque de mis pelos mal peinados 
se eriza cuando el río de la sangre 
recorre el continente, 
y por no haber pecado me perdona. 

El mar que me rodea es muy variable, 
se llama Mar Mayor o Mar de Gente 
a veces me sacude los costados, 
a veces me acaricia suavemente; 
depende de las brisas o del tiempo, 
del ciclo o del ciclón, tal vez depende, 
el caso es que mi caso es ser la isla 
llamada a sumergirse o sumergerse 
en las aguas del océano humano 
conocido por vulgo vulgarmente. 

Acabo mi lección de geografía. 

Mirad mi contenido continente.






Este año celebramos el centenario del nacimiento de Gloria Fuertes (1917-1998) con la publicación de varios libros sobre ella y su poesía editados con mucho amor. Y creo que eso es lo que define nuestra percepción de su poesía, veinte años después de su muerte: sentimos que con cada poema nos está queriendo ofrecer un abrazo, de tú a tú, y la queremos instintiva e incondicionalmente. 



sábado, 11 de febrero de 2017

RECORTES

Siguen diciendo que son necesarios, que es por nuestro bien, que así se sale de una crisis. Insisten en que confiemos en la solidez de sus medidas, en su capacidad para guiarnos por el buen camino. Mientras tanto, la gente se queda sin trabajo, sin casa, sin luz, sin calefacción, sin amigos, sin raíces y sin dignidad. Y ellos, los que confían tanto en sí mismos que ya no saben escuchar, ni ver, ni sentir, miran a través de su complacencia la devastación que produce su soberbia. 



Recortarán el fuego
y no sabremos cómo arder en esta lucha.
Recortarán el agua
y olvidaremos la sed de crecer.
El modo de llorar. 

Recortarán la piel de nuestras manos
y se lo aplaudiremos con la lengua. 
Recortarán palabras 
y asentiremos sonrientes, balido
a balido, pues somos su rebaño.

Recortarán nuestra hambre
y ya nos bastará comer en silencio.

Recortarán la muerte
y no tendremos noche en la que refugiarnos. 

Recortarán la luz
y diremos que nunca había amanecido. 





Raquel Vázquez (1990) es una poeta gallega asombrosamente prolífica. Tiene veintiséis años y ya ha publicado siete libros (seis de poesía y uno de narrativa). Sus poemas son a menudo herméticos, potentes, demuestran un dominio apabullante del lenguaje y una íntima madurez que encandila desde el primer verso. 


sábado, 4 de febrero de 2017

EL POETA PIDE A SU AMOR QUE LE ESCRIBA (SONETO)

Hace falta algo de locura para amar abiertamente a la luz del día. Amar siendo conocido por las calles, en los círculos y la prensa. Amar con el desparpajo y la alegría de quien siempre fue el alma de todas las fiestas. Hace falta algo de locura para ser un hombre y amar a otro hombre pese a las malas miradas, a los desprecios y a las amenazas. Hace falta algo de locura para desafiar a la muerte de esta forma, locura hambrienta de palabras para alimentar un amor que se resiste a ser prohibido. 



Amor de mis entrañas, viva muerte, 
en vano espero tu palabra escrita 
y pienso, con la flor que se marchita, 
que si vivo sin mí quiero perderte.

El aire es inmortal. La piedra inerte 
ni conoce la sombra ni la evita. 
Corazón interior no necesita 
la miel helada que la luna vierte.

Pero yo te sufrí. Rasgué mis venas, 
tigre y paloma, sobre tu cintura 
en duelo de mordiscos y azucenas.

Llena pues de palabras mi locura 
o déjame vivir en mi serena 
noche del alma para siempre oscura.






Federico García Lorca (1898-1936) es quizá el poeta y dramaturgo español más universal. Su talento artístico era tal que deslumbraba a quien le conocía, quedando inmediatamente rendido ante su magnetismo y personalidad. Se atrevió con el surrealismo, con el localismo, y a través de temas propios de la España más cerrada y profunda logró alcanzar una universalidad quizá nunca superada. Murió asesinado al inicio de la Guerra Civil por aquellos que no valoraban el arte ni la vida, por aquellos viles ignorantes que hicieron del desprecio por lo que desconocían su norma, y que después asolaron la cultura y la libertad de todo un país durante décadas. 


sábado, 28 de enero de 2017

EL VIENTO SOBRE LA PIEL

Este poema no significa gran cosa hasta que llegan los dos últimos versos. Es entonces cuando lo volvemos a leer con otra mirada, con otra profundidad, y empezamos a ver símbolos donde antes no había más que viento. Algo parecido pasa con cada pequeña historia que vivimos. Mientras sucede no entendemos casi nada. Estamos demasiados inmersos en la inmediatez de las palabras, de los hechos: todo es viento. Y cuando termina, damos un paso atrás, y de repente vemos que ciertas cosas quizá significaban más, mucho más, que lo que en un principio creíamos.



El viento sobre la piel,
entre el cabello, en 
la boca, la nariz.
Los ojos desorbitados llenos de viento.
El viento sobre las casas,
las ventanas, las puertas,
colándose por las cerraduras;
entre los barrotes de los balcones
y en las grietas,
y por las callejuelas estrechas.

El viento que barre
las calles de la ciudad
y alborota tu pelo,
y el mío.

El viento que penetra cuerpo
adentro.

Y tú y yo caminando
contra el viento.



Montserrat Abelló (1918-2014), traductora y poeta, recibió en 2008 el Premi d'Honor de les Lletres Catalanes y el Premi Nacional de Cultura por "su obra, que ha dado voz a la vida diaria de las mujeres con un lenguaje propio y la ha convertido en un referente vital y artístico para las más jóvenes". Da gusto descubrir la obra de una autora cuya obra apenas había tenido eco fuera de Cataluña. Su risa es contagiosa, su poesía es profunda y sencilla y transmite un sinfín de cosas buenas. 


sábado, 21 de enero de 2017

SONETO LXXXIII

Dormir mecidos por el balanceo de una barca, acogidos por el calor de un hogar que en la cama se vuelve un mundo completo. Descansar abandonados, escuchando la respiración compartida, un latido que al unirse con el otro forma un ritmo sencillo e íntimo, parecido al de las olas de un mar en calma deslizándose por la arena. Tenemos el privilegio de compartir noches y hogares donde sentirnos cerca. Un tercio de nuestros días, protegidos por la calidez nocturna. Y algo de eso se ve cuando, de día, caminamos por las calles y disfrutamos del sol gracias a la noche y el "sello de su sombra". 



Es bueno, amor, sentirte cerca de mí en la noche,
invisible en tu sueño, seriamente nocturna,
mientras yo desenredo mis preocupaciones
como si fueran redes confundidas.

Ausente, por los sueños tu corazón navega,
pero tu cuerpo así abandonado respira
buscándome sin verme, completando mi sueño
como una planta que se duplica en la sombra.

Erguida, serás otra que vivirá mañana,
pero de las fronteras perdidas en la noche,
de este ser y no ser en que nos encontramos

algo queda acercándonos en la luz de la vida
como si el sello de la sombra señalara
con fuego sus secretas criaturas.






Pablo Neruda (1904-1973) es el gran poeta del surrealismo, del compromiso político y del amor en castellano. Su obra no puede desligarse de su vida, porque vivió fundamentalmente para cubrir tres pasiones: la política, la poesía y el amor, y por eso las tres se entrelazan en sus poemarios dándonos una visión romántica y apasionada de un genio de las letras en español. Para todo el mundo hispanohablante, Neruda es un referente de poeta comprometido con el pueblo y su lucha. Su obra poética le valió el Premio Nobel de Literatura en 1945. 

sábado, 14 de enero de 2017

MI LIBERTAD

Hay pocos pueblos que tengan más derecho a ponerse en pie y exigir libertad que el pueblo palestino. Siempre ocupado, invadido, reprimido, humillado, despreciado. Siempre al margen de la legalidad, al margen de la dignidad y de los derechos humanos. Siempre considerado sospechoso de querer vivir en paz, de permanecer en sus casas y en sus ciudades, sospechoso de querer vivir sin la amenaza constante de un control, de un arresto, de una condena por terrorismo sin pruebas ni juicio. 
Esta lucha sangrienta y desesperada por su libertad se refleja en este poema de la poeta palestina Fadwa Tuqán. La libertad nunca ha sido para ella algo que se obtiene ni se aprende. La libertad hay que gritarla, hay que defenderla a golpe de poesía, a gritos, siempre, porque quedarse callado es la manera más rápida de perderla. 






Seguiré escribiendo su nombre mientras combato en la tierra,
en las paredes, en las puertas, en las azoteas de los hogares, 
en el templo de la virgen, en el altar, en los caminos de los huertos,
en cada colina, cada pendiente, cada esquina y cada calle,
en la cárcel, en la celda de tortura, en los dos palos de la horca.
Y pese a las cadenas, pese a las casas bombardeadas, pese a las llamas de los incendios,
seguiré escribiendo su nombre hasta verlo extendido y crecer en mi patria
y siga creciendo
y siga creciendo
hasta cubrir palmo a palmo toda la tierra,
hasta que vea la libertad roja abriendo cada puerta,
hasta que la noche se escape y la luz ataque los muros de la niebla. 
¡Mi libertad!
¡Mi libertad!
Y como un eco, el río sagrado y los puentes dicen:
¡Mi libertad!
Las dos riberas dicen: 
¡Mi libertad!, y los pasos del furioso viento
En mi patria el trueno, la tormenta y la lluvia dicen conmigo:
¡Mi libertad! ¡Mi libertad! ¡Mi libertad!





Fadwa Tuqán (1917-2003) es conocida como "la poeta de Palestina". Su hermano, el también poeta Ibrahim Tuqán, fue quien la introdujo en el mundo de la poesía y ella la desarrolló de forma innovadora, saliendo del clasicismo ponderante de la anterior poesía árabe. Ella experimentó con el verso libre cultivando a la vez poesía tradicional y moderna. La reconocemos como la poeta palestina del amor, la revolución, el cambio social y la libertad. 

Sus publicaciones estuvieron presentes en la prensa egipcia, iraquí y libanesa y su vida y obra cambiaron sustancialmente tras una estancia de dos años en la capital inglesa a principios de los años sesenta. Allí entró en contacto con la cultura europea y su vida y poesía se enriquecieron de manera importante.