sábado, 11 de febrero de 2017

RECORTES

Siguen diciendo que son necesarios, que es por nuestro bien, que así se sale de una crisis. Insisten en que confiemos en la solidez de sus medidas, en su capacidad para guiarnos por el buen camino. Mientras tanto, la gente se queda sin trabajo, sin casa, sin luz, sin calefacción, sin amigos, sin raíces y sin dignidad. Y ellos, los que confían tanto en sí mismos que ya no saben escuchar, ni ver, ni sentir, miran a través de su complacencia la devastación que produce su soberbia. 



Recortarán el fuego
y no sabremos cómo arder en esta lucha.
Recortarán el agua
y olvidaremos la sed de crecer.
El modo de llorar. 

Recortarán la piel de nuestras manos
y se lo aplaudiremos con la lengua. 
Recortarán palabras 
y asentiremos sonrientes, balido
a balido, pues somos su rebaño.

Recortarán nuestra hambre
y ya nos bastará comer en silencio.

Recortarán la muerte
y no tendremos noche en la que refugiarnos. 

Recortarán la luz
y diremos que nunca había amanecido. 





Raquel Vázquez (1990) es una poeta gallega asombrosamente prolífica. Tiene veintiséis años y ya ha publicado siete libros (seis de poesía y uno de narrativa). Sus poemas son a menudo herméticos, potentes, demuestran un dominio apabullante del lenguaje y una íntima madurez que encandila desde el primer verso. 


sábado, 4 de febrero de 2017

EL POETA PIDE A SU AMOR QUE LE ESCRIBA (SONETO)

Hace falta algo de locura para amar abiertamente a la luz del día. Amar siendo conocido por las calles, en los círculos y la prensa. Amar con el desparpajo y la alegría de quien siempre fue el alma de todas las fiestas. Hace falta algo de locura para ser un hombre y amar a otro hombre pese a las malas miradas, a los desprecios y a las amenazas. Hace falta algo de locura para desafiar a la muerte de esta forma, locura hambrienta de palabras para alimentar un amor que se resiste a ser prohibido. 



Amor de mis entrañas, viva muerte, 
en vano espero tu palabra escrita 
y pienso, con la flor que se marchita, 
que si vivo sin mí quiero perderte.

El aire es inmortal. La piedra inerte 
ni conoce la sombra ni la evita. 
Corazón interior no necesita 
la miel helada que la luna vierte.

Pero yo te sufrí. Rasgué mis venas, 
tigre y paloma, sobre tu cintura 
en duelo de mordiscos y azucenas.

Llena pues de palabras mi locura 
o déjame vivir en mi serena 
noche del alma para siempre oscura.






Federico García Lorca (1898-1936) es quizá el poeta y dramaturgo español más universal. Su talento artístico era tal que deslumbraba a quien le conocía, quedando inmediatamente rendido ante su magnetismo y personalidad. Se atrevió con el surrealismo, con el localismo, y a través de temas propios de la España más cerrada y profunda logró alcanzar una universalidad quizá nunca superada. Murió asesinado al inicio de la Guerra Civil por aquellos que no valoraban el arte ni la vida, por aquellos viles ignorantes que hicieron del desprecio por lo que desconocían su norma, y que después asolaron la cultura y la libertad de todo un país durante décadas.